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A veces el día no alcanza. Entre el trabajo, la casa y las responsabilidades, el cansancio se acumula y cuidarse queda para después. Pero incluso en medio del ritmo diario, siempre hay un momento para detenerse y respirar.

El bienestar no tiene que ser un lujo ni una meta lejana: puede construirse en lo cotidiano, en los gestos simples que devuelven calma.

En este artículo le compartimos formas accesibles de cuidar cuerpo y mente, para recordarle que usted también merece un espacio para sí misma.

Redefinir el autocuidado

Durante mucho tiempo, el autocuidado se entendió como “darse gustos” o “consentirse”. Sin embargo, el cuidado verdadero tiene más que ver con escuchar al cuerpo, reconocer los propios límites y crear pequeños rituales que traigan calma, los cuales usted puede practicar sin gastar dinero.

Un estudio publicado en 2023 con mujeres inmigrantes latinas en Estados Unidos identificó que muchas mantienen su bienestar mediante estrategias de autocuidado vinculadas con la naturaleza, la cultura y la comunidad, lo que favorece su equilibrio emocional y fortalece la resiliencia frente al estrés.

Estos hallazgos muestran que el bienestar no depende de productos ni de modas, sino de encontrar momentos de conexión consigo misma y con la comunidad. El bienestar accesible empieza con lo que ya tiene a su alcance: tiempo, atención y pequeñas pausas que le devuelvan calma.

Respirar para volver al presente

No siempre se puede cambiar lo que pasa alrededor, pero sí se puede aprender a respirar mejor. La respiración es una herramienta sencilla para calmar el cuerpo y la mente. No necesita espacio ni tiempo extra, solo recordarse de hacerlo con atención.

Pruebe este ejercicio: inhale por la nariz contando cuatro segundos, sostenga el aire por cuatro y exhale lentamente por la boca contando seis. Repítalo tres veces. Puede hacerlo al despertar, antes de empezar su trabajo o cuando sienta el corazón acelerado.

Un estudio realizado por la Universidad Nacional de Colombia encontró que la respiración consciente ayuda a reducir la ansiedad y el estrés, mejorando el bienestar general. Respirar con atención es una manera fácil y gratuita de volver al presente y cuidar de usted misma.

Grounding o “volver a tierra”

Cuando la mente se llena de pensamientos o preocupaciones, una forma sencilla de calmarse es volver al cuerpo. El grounding —que en español puede traducirse como “enraizarse” o “volver a tierra”— ayuda a reconectarse con el presente a través de los sentidos.

Puede practicarlo en cualquier momento. Mire a su alrededor e identifique cinco cosas que ve, cuatro que puede tocar, tres sonidos que escucha, dos olores y una sensación física, como el contacto de sus pies con el suelo. Este ejercicio devuelve la atención al momento actual y ayuda a soltar la tensión acumulada.

Según la Mayo Clinic, enfocar los sentidos en el momento presente ayuda a reducir la ansiedad y regular el ritmo de la respiración, creando una sensación de equilibrio.

Actividad física como caminar con atención

Caminar puede ser más que trasladarse: también puede ser una forma de cuidar la mente. Si camina a diario para ir al trabajo o hacer compras, intente hacerlo sin prisa y sin el teléfono.

Observe los colores, escuche los sonidos, sienta el aire en la cara. Estos minutos pueden transformar un recorrido común en una pausa consciente. La Organización Mundial de la Salud destaca que moverse a diario, incluso de forma ligera, contribuye al bienestar físico y mental.

Agradecer lo cotidiano

La gratitud también es una forma de bienestar. No se trata de ignorar las dificultades, sino de reconocer lo que sí funciona.

Antes de dormir o mientras toma un descanso, piense en tres cosas que salieron bien durante el día: una conversación amable, una comida rica, un momento de descanso.

Este hábito, practicado con constancia, mejora el ánimo y refuerza la sensación de esperanza, según investigaciones sobre psicología positiva realizadas por expertos. 

Crear un rincón propio

No necesita una habitación entera ni objetos nuevos: solo un espacio pequeño que le recuerde calma. Puede ser una silla junto a la ventana, una planta o una foto especial.

Dedíquele unos minutos al día: siéntese, respire, ordene. Tener un “rincón propio” ayuda a marcar el límite entre las tareas de cuidado y el tiempo personal. El bienestar accesible también se construye con espacios simbólicos: lugares donde usted puede detenerse y sentirse en paz.

Compartir y cuidarse en comunidad

Cuidarse no siempre es hacerlo sola. A veces, el bienestar se encuentra en compañía: reír con una amiga, cocinar juntas o compartir un paseo.

Muchas organizaciones comunitarias, iglesias y bibliotecas ofrecen actividades gratuitas en español —como clases de movimiento, grupos de mujeres o charlas de bienestar— que pueden brindar apoyo y energía. Construir redes también es una forma de cuidarse.

Volver a usted misma

Recuerde que el bienestar accesible no exige tiempo ni dinero, solo presencia. Un minuto para respirar, una pausa para mirar el cielo o un gesto amable hacia usted misma pueden cambiar el ritmo del día.

Cuidarse no es un lujo, es una manera de seguir en pie y de reconocerse en medio de todo lo que sostiene.

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