En el extremo sur de Texas, en la línea que divide a Estados Unidos y México, un grupo de mujeres escribe para rebelarse. Se llaman Las Malcriadas Fronterizas. Son trabajadoras del hogar, inmigrantes, todas con historias que rara vez ocupan titulares.
“Todas hemos tenido experiencias donde se minimiza el papel de la mujer, donde se quiere pasar por encima de la mujer”, le dijo Rosa, una de las integrantes fundadoras a la Alianza Noticias. “Nos identificamos [así] porque nos rebelamos. Nos rebelamos a los roles de género, nos rebelamos a muchas cosas impuestas por la sociedad que no nos satisfacen como mujeres”.
Narrar para resistir
El círculo de escritura nació en 2019, inspirado por otro colectivo de trabajadoras del hogar en California. Lo que comenzó como un grupo pequeño de doce mujeres, se ha transformado en un círculo de escritoras independientes que combina arte, activismo y memoria colectiva.
“En un inicio [era] sacar lo que llevamos, no estábamos muy conscientes. Hemos ido aprendiendo, aprendiendo con el paso del tiempo, cómo el arte y la cultura está muy ligada al activismo y cómo nosotros por medio de la narrativa podemos combatir esas narrativas dominantes”.
Desde sus primeros encuentros, Rosa recuerda que las participantes llegaban cargando narrativas dominantes que muchas veces habían internalizado. “Empezamos con nosotras mismas, porque tenemos muchas cosas normalizadas que no son normales”.
La escritura, cuenta, también se volvió un refugio. Un espacio íntimo donde sanar heridas, romper silencios y “exorcizar demonios”, como dicen entre ellas. A veces, esos demonios toman forma de memorias de abuso sexual, de migraciones forzadas, de patrones abusivos.
“Hay temas que abrimos una puerta que no sabemos cómo cerrar, especialmente cuando la trabajadora del hogar ha sufrido abuso sexual”, confiesa Rosa. “Pero la escritura es como un dejar ir”.
Una narrativa que no viene del patrón
Una de las motivaciones centrales de Las Malcriadas Fronterizas es la urgencia de contar su propia historia antes de que otros la narren por ellas.
“El patrón nunca va a contar en su historia que nos oprime, que nos acosa sexualmente, que nos deshumaniza. Nunca lo va a contar en su historia. La tenemos que contar nosotras.”
Un libro como testimonio colectivo
En 2023, publicaron su primer libro Historias de Mujeres Indomables con el apoyo de la Universidad de Texas Río Grande Valley. La antología contiene historias centradas en la migración, la importancia de ser mujer y textos dedicados a las madres.
“Fue un sueño largamente acariciado”, dice Rosa con emoción. “Poner en papel, que no se olvidara la memoria colectiva, esa lucha de las trabajadoras del hogar.”
La portada, diseñada por una artista local, muestra dos figuras femeninas divididas por un río, una blanca y otra negra y refleja esa “dualidad” profunda de quienes migran.
“Son historias de trabajadoras del hogar que nosotros queremos elevar y sobre todo queremos que queden la memoria colectiva, cómo no somos víctimas, que somos mujeres resilientes”
Ahora trabajan en una segunda antología y sueñan con que más grupos en otros estados puedan crear sus propios círculos de escritura.
“Tenemos que seguir elevando nuestras voces”
El panorama político, lo saben, es cada vez más hostil. “Yo creo que si nosotros dejamos de reclamar nuestro poder, el sistema habrá ganado”, afirma Rosa. “Queremos ser cautelosas, pero no queremos dejar de reclamar nuestro poder. Yo creo que este momento, ahora más que nunca tenemos que seguir elevando nuestras voces”