Louisville, KY – Un asilo de ancianos en Kentucky despidió a una limpiadora por negarse a trabajar después de ser infectada con COVID-19. Ahora la empleada, Kathy Kramer, está demandado a su empleador, el Centro de Enfermería y Rehabilitación de Essex, por despido injustificado. A principios del mes de agosto, el caso se envió al Tribunal de Distrito de los Estados Unidos a petición de la demandante.
Según la demanda, Kramer, de 64 años, le dijo a su jefe en Essex, Robert Flatt, que se iba poner en cuarentena por 10 días para prevenir la propagación del virus. En respuesta, Flatt la mandó a trabajar, comentando que sus preocupaciones eran muy exageradas.
Essex ya había creado una sección separada para residentes que habían sido infectados, donde Kramer podía trabajar, dijo Flatt. Aunque Kramer no mostraba signos de la enfermedad, todavía tenía preocupaciones debido a la posibilidad de que estar cerca de otras personas infectadas podría poner en riesgo su salud.
Kramer decidió quedarse en su casa para completar el tiempo de cuarentena recomendado. Pero dos días después, en una llamada, Flatt la despidió y Kramer perdió su ingreso de solo $9.97 por hora. Essex niega que fuera despedida y alega que inició su jubilación anticipadamente. El Herald-Leader reporta que Kramer no tenía planes inmediatos para su jubilación.
Essex ha sido uno de los centros para ancianos más afectados por el coronavirus en el estado de Kentucky, según datos obtenidos por el Herald-Leader. En total, 68 residentes y 37 trabajadores han sido infectados. 20 residentes han muerto.
Los hogares de ancianos han sido un semillero del COVID-19, reporta el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades. Aunque el ocho por ciento de los casos del coronavirus en los EE.UU. han sucedido en estas instalaciones de ancianos, más del 41 por ciento de las muertes han ocurrido en estos centros de cuidado, dice un reporte del New York Times. Desde comienzos de agosto, 402,000 personas en instalaciones de cuidado de ancianos han sido infectadas y 17,000 han muerto.
Además de querer proteger la salud de los residentes con los que trabajaba directamente, Kramer estaba preocupada por proteger la salud de sus compañeros de trabajo. Ella no tiene automóvil y viajaba al trabajo con su compañera, Gloria Shanahan. El abogado de Kramer dice que ella intentó decirle a su empleador que, al viajar en el mismo automóvil, Shanahan también estaría en peligro de infectarse, lo que también pondría en riesgo a otros compañeros. Según la demanda, Essex le dijo a Kramer que continuara viajando con Shanahan sin revelar el resultado positivo de la prueba de COVID-19.