San Francisco, CA — Esta semana, el Centro Wilsey para la Ópera en San Francisco ha estrenado “Mila,” una ópera protagonizando por una trabajadora del hogar originalmente de Filipinas y empleada por una familia en Hong Kong.
Varias trabajadoras del hogar, recogidas por la revista TIME, comentaron sobre su opinión de la ópera. “Me sentí triste,” dijo Malou Empig, una trabajadora filipina en Hong Kong desde hace 26 años. “Lloramos porque sentimos cómo se siente Mila. Nos refleja mucho por la forma en que hacemos sacrificios para ganar dinero para mantener a la familia en casa. Y nos pone muy tristes. Eso era cierto.”
“La gente de Hong Kong necesita ver esta actuación,” añadió Wina Ocuz, otra trabajadora. “Esta historia somos nosotras. Esta es nuestra vida aquí.”
La historia se centra en Mila, una trabajadora del hogar de Filipinas, y la familia para quien trabaja: una pareja conflictiva con tendencia a despedir a las trabajadoras de su hogar, y su hijo, un chico melancólico y solitario que a veces se imagina tirándose por el balcón.
Durante la historia, Mila, interpretada por Stefanie Quintin, presencia y recibe la tensión creada por la pareja, pero aún así navega la dificultad mostrando su profesionalidad y compromiso hacia el espacio más íntimo de una familia y su lugar de trabajo: el hogar.
Además, enfatizando el a veces borroso límite entre lo personal y lo profesional, ella se convierte en la guardiana emocional del hijo, quien batalla contra la soledad. Durante la ópera se ve como ella es la que le ofrece el apoyo que los padres no son capaces de dar.
La figura de Mila representa la vivencia de muchas trabajadoras del hogar, sobre todo en Hong Kong, donde son una parte importante del tejido social y laboral. Muchas de ellas son extranjeras y representan el 9% de las personas empleadas, normalmente haciendo múltiples tareas de trabajos en el hogar.
Sin embargo, carecen de los mismos derechos que otras trabajadoras y con frecuencia son expuestas a situaciones violentas o discriminatorias. 1 de cada 6 trabajadoras, según la organización Justice Centre, son víctimas de trabajo forzado y violencia. Dado este contexto, que una ópera visibilice la experiencia de una trabajadora del Hong Kong de manera empática y emotiva está siendo significativo.
En una entrevista, la dramaturga de la ópera, Candace Chong, dijo que el problema de falta de derechos o visibilidad de las trabajadoras del hogar en Hong Kong “es muy importante para nuestra vida cotidiana, pero estas trabajadoras del hogar son invisibles. Pero ahora los estamos poniendo en el centro de atención,” expresó.
El compositor de la ópera, Eli Marshall, en la misma entrevista añadió que “para mí, estas mujeres sacrifican tanto y se les paga muy poco.” Junto al elenco y otras personas importantes en la creación de esta obra, esperan que se pueda generar un diálogo sobre el papel del trabajo del hogar y el valor que aportan a la sociedad.
Las actuaciones en los EE. UU. las presentan el Hong Kong Arts Development Council y el Asia Society de Nueva York y San Francisco. La producción, según la revista TIME, es de las primeras en utilizar la ópera para resaltar los problemas de las trabajadoras del hogar actuales.