Arely Morales, una artista nacida en Jalisco, México y residente en Nacogdoches, Texas, ha dedicado su obra a retratar la vida de los trabajadores inmigrantes, particularmente las trabajadoras del hogar y los trabajadores agrícolas, un colectivo a menudo invisible para muchos, pero profundamente familiar para ella.
Su llegada a los Estados Unidos a los 14 años, sin hablar inglés, marcó el inicio de una experiencia de invisibilidad que compartía con otros inmigrantes: la sensación de no pertenecer.
“Me sentía fuera de lugar, que era invisible, que no encajaba”, comenta Arely, al recordar su adaptación en Estados Unidos.
Cuando empezó a pintar, tradiciones mexicanas como el Día de los Muertos y los recuerdos de las celebraciones en su país natal, fueron los primeros sujetos de su obra.
Arte para contrarrestar los ataques
Un punto de quiebre en la obra artística de Arely ocurrió en 2015, cuando Donald Trump anunció su candidatura a la presidencia y lanzó duros ataques verbales contra los inmigrantes mexicanos acusándolos públicamente de criminales.
“Fue muy doloroso escuchar a alguien hablar públicamente de mi familia, mis amigos y de mí de esta manera”, recuerda la artista de 33 años.
Este discurso no solo afectó a Morales, sino que generó una ola de ansiedad y miedo dentro de la comunidad inmigrante.
Ante este panorama, la artista decidió utilizar su arte como un medio para reivindicar la dignidad y la humanidad de quienes habían sido objeto de ataques y estigmatización.
Así comenzó su interés por visibilizar a las trabajadoras del hogar, un grupo que ella conocía bien a través de relatos cercanos. Arely empezó a entrevistarlas, a escuchar sus historias y a reflejar sus realidades en sus pinturas.
Su objetivo fue claro desde el inicio: destacar la importancia de este trabajo, a menudo ignorado, y dignificar a quienes lo realizan.
Uno de sus primeros retratos fue el de Guadalupe, una trabajadora del hogar cuyo rostro refleja el agotamiento tras largas horas de labor.
A través de colores vibrantes y texturas propias de la cultura mexicana, Arely transforma a estas mujeres en figuras monumentales que exigen la atención del espectador y con las que busca hacer imposible que estas trabajadoras sigan siendo ignoradas.
“Quería hacerlas monumentales y realmente captar su fuerza y visibilidad”, señala Arely.
La artista dice que se sorprendió al descubrir la resistencia de estas mujeres, y quiso reflejarla en detalles como su postura y en la tensión de sus manos. “Quería mostrar su fuerza, que se las aprecie por todo lo que hacen”, expresa.
En otra de sus obras muestra a una mujer levantando una pesada canasta llena de productos de limpieza, una imagen que transmite la fortaleza física necesaria para realizar este tipo de trabajo.
Dar rostro a la invisibilidad
El arte de Morales también aborda la vida de los trabajadores agrícolas, otro sector clave pero igualmente invisible para muchos. Sus cuadros resaltan no solo las duras condiciones laborales, sino también el orgullo y la resiliencia que caracterizan a estas personas.
A través de sus cuadros, busca que el público reconozca que las trabajadoras del hogar y agrícolas no son figuras anónimas, sino personas con historias, luchas y una gran fortaleza.
El trabajo de Morales también invita a reflexionar sobre las circunstancias que obligan a muchas personas a emigrar. Sus pinturas evocan la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades que empujan a tantos a buscar una vida mejor en Estados Unidos.
La singularidad y el contexto social de sus obras la han llevado a ganar reconocimiento en el país y a exponer su trabajo en importantes galerías como el Museo Nacional de Mujeres en las Artes de Washington, D.C. La galería Talley Dunn en Dallas, Texas y la galería de la Universidad de Texas en Arlington.