En una decisión trascendental, el gobierno federal anunció el pasado mes de abril la finalización de una normativa que garantizará una compensación justa para las cuidadoras en el hogar. 

La medida establece que las agencias proveedoras que emplean a cuidadoras en el hogar deben destinar el 80% de los reembolsos de Medicaid por servicios a los salarios y beneficios de las trabajadoras de atención directa.

La voz de las trabajadoras

Como parte de la estrategia para que se aprobara esta regla, el año pasado, La Alianza solicitó a sus suscriptoras compartir sus testimonios sobre el impacto de los salarios en sus vidas y en las de sus familias. Luego fueron enviados a los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS), que recibieron en total 2.123 comentarios en apoyo a esta medida.

El gobierno federal hizo eco de las preocupaciones planteadas por las trabajadoras del cuidado en estos comentarios, reconociendo los desafíos que enfrentan debido a salarios bajos.

“Las trabajadoras de cuidados directos también presentaron ejemplos personales de las dificultades causadas por la tensión financiera debido a un salario inadecuado, incluido el tener que trabajar muchas horas en múltiples empleos para obtener ingresos adicionales, perder tiempo con sus propias familias, luchar para pagar facturas, correr el riesgo de exposición a COVID-19 y experimentar agotamiento y estrés psicológico”, señala el documento final de la normativa. 

En los comentarios, las trabajadoras del hogar además señalaron que esta medida podría conducir a aumentos salariales para las trabajadoras de cuidado, fortaleciendo así la fuerza laboral y potencialmente mejorando la calidad de los servicios de cuidado en el hogar. 

Distribución injusta de los fondos

A pesar de la resistencia de las agencias de cuidado, el gobierno se mantuvo firme en su compromiso con la normativa propuesta, que establece el estándar nacional de destinar el 80% de los fondos gubernamentales a las trabajadoras en los próximos seis años.

Antes de esta regla, las agencias podían recibir hasta $25 por hora por servicios de atención personal de parte del gobierno, mientras que solo estaban obligadas a pagar a las cuidadoras en el hogar el salario mínimo de $7.25 por hora. Esta medida, sin duda, limita los beneficios excesivos de las agencias y asegura una distribución más equitativa de los fondos.

Debido a los bajos salarios, las trabajadoras de cuidado a menudo se ven obligadas a dejar los servicios de atención directa por otras ocupaciones, por ejemplo en la industria de comida rápida, donde pueden ganar entre hasta $15 y $20 por hora. 

Esta norma tendrá un impacto positivo especialmente en las trabajadoras de color, que son quienes más realizan la labor de cuidado directo y quienes históricamente han enfrentado salarios más bajos debido a la discriminación sistémica.

Sin embargo, a pesar de este avance significativo, la Alianza Nacional de Trabajadores del Hogar (ANTH) sigue presionando a nivel estatal y federal para obtener una mayor asignación de fondos públicos que permita aumentar aún más los salarios de las trabajadoras de cuidado.

Aviso: La Alianza Nacional de Trabajadoras de Hogar es la organización socia de La Alianza.