El caso reciente de una niñera que trabajaba casi 80 horas a la semana para una familia en Florida y que no recibió pago por horas extras ha dado de qué hablar en los últimos meses en el ámbito legal.
Durante casi tres años, María Blanco trabajó como niñera casi ochenta horas a la semana, cuidando a cuatro niños, principalmente en el turno de la noche. Su trabajo incluía el cambio de pañales y alimentar al bebé en medio de la noche, además de quedarse atendiendo a los otros niños durante toda la noche, según documentos judiciales.
El empleador le pagaba el salario regular pero sin horas extras, basándose en la exención para trabajadoras del hogar de la Ley de Normas Laborales Justas, que excluye de recibir pago por horas extras a “cualquier trabajadora del hogar que resida en [el lugar donde trabaja]”.
Blanco demandó a sus empleadores en el 2021 poco después de dejar el trabajo, alegando que debería haber recibido pago por horas extras ya que trabajó más de 40 horas a la semana y no residía en el hogar de su empleador, de acuerdo con los expedientes del caso
La trabajadora reclama que se le deben casi $30.000 en salarios y una cantidad igual en daños bajo las normas de la FLSA.
El Tribunal de Apelaciones del 11º Circuito de Estados Unidos con sede en Atlanta dijo que la niñera debía recibir el pago de horas extras porque no vivía en la casa de la familia sino que tenía su propia casa a la que iba después de su turno, no tenía llave y no pasaba tiempo libre en la casa de su empleador. Además, estaba de servicio durante toda su semana laboral de setenta y nueve horas y no tenía una cama “personal” en la casa.
“Sin duda, Blanco trabajaba en la casa y pasaba mucho tiempo allí. Pero eso solo no significa que ‘residiera’ allí, al igual que los bomberos que duermen en las estaciones de bomberos mientras están de servicio no residen en una estación de bomberos”, escribió la jueza del Circuito, Robin Rosenbaum, en nombre del tribunal.
Tuvo que presentar una apelación
Un juez federal de Florida había desestimado la demanda de Blanco en el 2022, alegando que la niñera no calificaba para el pago de horas extras ya que residía en la casa del empleador porque pasaba una cantidad significativa de tiempo allí y dormía en esta casa muchas noches.
Blanco presentó una apelación a esta decisión y el 11º Circuito revirtió esa decisión. “Blanco puede haber dormido durante sus turnos, pero aún así estaba obligada a despertarse para cuidar a los niños y su tiempo no era suyo”, escribió la jueza encargada.
El Departamento de Trabajo de Estados Unidos (DOL por sus siglas en inglés) respaldó el caso, diciendo que mantener la decisión inicial del primer juez eximiría de manera incorrecta a muchas trabajadoras del hogar a tiempo completo del pago de horas extras.
¿Quién tiene que pagar?
Blanco estaba empleada con la familia a través de una compañía operada por otra niñera que también trabajaba para la familia. Los padres pagaban a la compañía aproximadamente $2.400 cada semana, y luego se distribuía el dinero entre las niñeras que cuidaban a los niños, según documentos judiciales. Blanco recibía entre $800 y $880 por semana.
Sin embargo, los padres de los niños que cuidaba argumentan que no eran el “empleador” de Blanco porque ella era empleada por una compañía y no son responsables de pagarle las horas extras no pagadas.
Aunque Blanco ganó el argumento de que se le debían pagar las horas extras, el tribunal de apelaciones devolvió el caso al juez federal para que considere quién debe pagar por la demanda.
Protecciones a quienes denuncien
Recuerde que pautas recientes del DOL protegen a trabajadores indocumentados, incluidas las trabajadoras del hogar que presenten quejas laborales contra sus empleadores.
En este artículo pueden encontrar los pasos a seguir para poner una queja.
Sin embargo, la recomendación de activistas y defensores de los derechos de los trabajadores es asesorarse con organizaciones locales o un abogado confiable de inmigración antes de presentar una queja ante DOL.