Un reciente reporte de Forbes dice que han aumentado las quejas de agresiones a trabajadores de atención domiciliaria, incluidas las cuidadoras en el hogar.
Las trabajadoras están siendo agredidas por clientes y familiares de clientes y les han sido hurtadas sus pertenencias personales en los barrios que visitan, de acuerdo con el informe.
Si bien no está claro si los ataques han aumentado, ha habido un aumento en los casos denunciados de violencia contra estas trabajadoras, dijo la vicepresidenta ejecutiva de la Asociación Nacional de Atención Domiciliaria y Hospicio, Andrea Devoti.
Sin embargo, no hay datos nacionales confiables sobre estos ataques, por lo que es imposible saber con certeza si el problema está empeorando.
Un trabajo riesgoso
Según datos de los CDC, entre el 18% y el 65% de las cuidadoras en el hogar han sufrido abuso verbal por parte de los pacientes, y entre el 2.5% y el 44% han denunciado agresión física en el trabajo.
“Las trabajadoras de atención domiciliaria generalmente trabajan solas en un entorno que puede ser desconocido y donde no tienen el control total”, dijo la abogada Elizabeth E. Hogue a Home Health Care News.
La falta de equipo apropiado, como sábanas deslizantes, sillas de ducha, elevadores de pacientes y grúas, se ha asociado con la violencia del paciente contra las cuidadoras.
Además, las drogas, las armas y los animales domésticos en el hogar del cliente, combinados con vecindarios inseguros, también representan una amenaza para estas trabajadoras, según una rigurosa investigación del 2022.
La presencia de estos factores es exclusiva del entorno del hogar y a diferencia de otros lugares de trabajo, existe una falta de apoyo o protección por parte de colegas o gerentes.
En un estudio de 876 trabajadoras de atención domiciliaria en Chicago, quienes cuidaban a clientes con un diagnóstico de enfermedad mental y trastorno por abuso de drogas tenían 12 veces más probabilidades de ser agredidas que quienes cuidaban a clientes sin esos trastornos.
“He tenido [trabajadores de atención domiciliaria] que me han dicho: ‘El paciente regularmente me agarra del cabello y me abofetea. Le he dicho a mi empleador y no hacen nada al respecto. Simplemente me dicen que siga volviendo a esta casa’”, contó la abogada Hogue a Home Health Care News.
La violencia contra las cuidadoras en el hogar está ocurriendo en todos los tipos de entornos de atención, incluidos los pacientes que pagan de forma privada, tienen un seguro comercial o están cubiertos por Medicare y Medicaid, dice Devoti.
Responsabilidad de las agencias
Es crucial que los proveedores promulguen medidas para proteger a estas trabajadoras y evitar la responsabilidad por negligencia, advierten los expertos legales.
Cuando un trabajador de atención domiciliaria se lesiona debido a la violencia en el lugar de trabajo, la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA) puede tomar medidas contra el proveedor.
“Es importante que los proveedores creen conciencia”, dijo Hogue. “Deje en claro a los empleados que siempre que sean amenazados o sometidos a violencia, sin importar de quién provenga, ya sea el paciente, un miembro de la familia, simplemente alguien en el hogar del paciente, deben informarlo y documentarlo”.
Las cuidadoras pueden reducir el riesgo de violencia en el lugar de trabajo participando en capacitaciones, siguiendo las políticas del empleador, informando los incidentes al empleador y participando en los comités de seguridad, concluye un reporte reciente de La Agenda Nacional de Investigación Ocupacional (NORA por sus siglas en inglés).
Sin embargo, los empleadores son los principales responsables de proteger a las trabajadoras de la violencia en el lugar de trabajo, dice el reporte.
Depende de los proveedores tomar precauciones para proteger a sus empleados de la violencia en el lugar de trabajo, esto incluye la terminación de los servicios para clientes que son violentos o amenazan con violencia.
Los empleadores también deben establecer políticas que requieran contacto regular por teléfono celular o controles con los trabajadores de atención médica domiciliaria en el campo.
Temor a denunciar
A pesar de la alta prevalencia de violencia contra las cuidadoras en el hogar, algunos reportes sugieren que es posible que estos incidentes no se denuncien.
Las razones incluyen una creciente tolerancia a la violencia, preocupaciones sobre ser culpadas por la violencia, pérdida de horas de trabajo o empleos, tener una visa de trabajo temporal y falta de conocimiento del sistema legal.
Qué hacer en caso de una agresión
Los expertos recomiendan una serie de acciones que deben tomar las cuidadoras en el hogar cuando se sienten inseguras o amenazadas por sus pacientes.
El primer consejo es abandonar la habitación o la casa en cuanto se sienta en peligro.
Para abordar el abuso verbal, se recomienda que las cuidadoras expliquen con calma a su paciente por qué ese comportamiento es inaceptable y ofrezcan un compromiso. Por ejemplo, pueden sugerir que se quedarán quietas hasta que encuentren la manera de que ambas partes se sientan seguras.
Si la situación se intensifica más allá del abuso verbal, se sugiere pedir ayuda a su supervisor o llamar al 911 si es necesario. En situaciones donde el abuso verbal es intolerable, también se recomienda llamar a un miembro de la familia.
Los expertos sugieren usar un tono de voz tranquilizador al comunicarse con los pacientes para ayudar a mantener un ambiente tranquilo. También es fundamental documentar cualquier incidente en la historia clínica del paciente y comunicarlo a su supervisor.