Cuando la mamá de Danira Cancinos, perdió su empleo de trabajadora del hogar durante la pandemia del COVID- 19, ella no se imaginó que éste sería el impulso para empezar una carrera exitosa. Desde muy pequeña, el ejemplo del trabajo duro de su madre, junto a las recetas de panes y repostería la convirtieron en una empresaria de manzanas acarameladas con más de 200.000 dólares en ventas hasta ahora. 

Su historia  

Danira Cancinos y su familia emigraron a los Estados Unidos desde Guatemala hace más de 30 años. Llegaron al Valle de San Fernando, California, en donde han vivido la mayor parte de su vida. Su madre se dedicó a laborar como trabajadora del hogar por muchos años, siendo el principal sostén de la familia. 

Danira creció en condiciones humildes. Su mamá trabajaba todo el día y solo la veía en las noches. Además de hacer sola las tareas escolares, debía cocinar como muchos migrantes e hijos de migrantes. La situación siempre fue complicada, ya que ella sabía que su madre no ganaba el sueldo que se merecía. 

“Siempre veía a mi mamá que trabajaba durante muchas horas por nosotros, y a veces los jefes no reconocían eso. Sin embargo, siempre me sentí orgullosa con el trabajo que hacía y me inspiró a superarme”, nos contó Danira en una llamada telefónica con La Alianza.

A los 15 años, Danira quedó embarazada de su primer hijo y tuvo que abandonar la escuela secundaria. Sus padres la apoyaron para que saliera adelante, pero tuvo que dedicarse a trabajar para mantener a su pequeño. Tiempo después, tuvo dos hijos más como madre soltera. 

Tuvo que laborar en una sala de juegos, en horario nocturno, para poder cuidar a sus hijos durante el día y hacer labores de casa. Sin embargo, no ganaba más que el sueldo básico de $15 la hora. 

La situación de Danira, sus hijos y sus padres era muy difícil. A veces no tenía dinero para llevarles a sus hijos un dulce o uno de esos pasteles que se exhibían en las tiendas. Eso la puso triste en un principio, pero de ahí precisamente surgió la idea motivadora. 

Esa necesidad le hizo darse cuenta de que podía comprar los ingredientes y preparar ella misma los ponquesitos (cupcakes en inglés), pasteles y dulces con las recetas que su madre le había enseñado cuando era niña. 

Descubrió su propia creatividad, emprendió con mucha pasión la tarea, y decidió compartirla con sus amigos. Empezó a subir a redes sociales las fotos de los dulces y panes que preparaba.

El público se interesó y apreció los productos  de Danira. Le escribían preguntando sobre las recetas y pidiendo consejos. Sus amigas cercanas y familiares compartían sus recetas y pedían que les enseñara a prepararlas, sobre todo unas manzanas acarameladas que son muy comunes en las fiestas de México y otros países de Latinoamérica, hasta que en 2012, decidió lanzar su pequeño emprendimiento de panadería y dulces. 

Muy pronto, una amiga cercana le alentó a que dictara clases, ya que había mucha gente interesada. Cuando finalmente se decidió a hacerlo a través de Internet, tenía miedo de que no hubieran interesados. Sin embargo, se inscribieron muchas alumnas que cada vez estaban más entusiasmadas en aprender y sumarse a sus cursos.

La manzana acaramelada

En 2019, cuando muchas mujeres habían pedido a Danira que dictara cursos en línea, ya que no todas vivìan en la misma ciudad, decidió dar una clase en vivo a través de Facebook sobre la preparación de las manzanas acarameladas, que resultó un rotundo éxito. Cientos de  personas le escribieron agradeciéndole ya que consideraban que su receta era “’única, y diferente a las manzanas acarameladas que se venden en las tiendas”

En enero de 2019, Cancinos decidió unirse a una plataforma llamada Academia de Curso Digital  (Digital Course Academy en inglés), que le permitió impulsar su curso de “Cómo hacer manzanas acarameladas”, de manera más estructurada y venderlas a más personas. Aunque dudó que la gente pagara 200 dólares por inscripción, para su sorpresa tuvo 310 alumnas en la primera vez que lo abrió. Dianira “no lo podía creer” como menciona en una entrevista con Digital Course Academy. Para la segunda vez, esa cifra se duplicó.  Ese año recaudó más de  126.000 dólares.

Actualmente, Cancinos de 33 años, ha hecho crecer su negocio en línea a seis clases por año, incluidos cursos sobre cómo hacer tarta de queso con calabaza, churros rellenos y mini tartas de queso, entre otras delicias. Además, ha abierto su propia página web y tiene miles de seguidores en Instagram y Facebook, en donde también comparte sus recetas. 

No todos los cursos son pagados, también tiene una sección en su página web en donde facilita recursos y recetas de forma gratuita para que la gente que no puede costear esos gastos pueda aprender también. 

Ahora cuenta con un equipo de apoyo en las redes sociales, pues su audiencia se incrementa de manera sostenida.  Tiene una lista de correos electrónicos con más de 7.000 usuarios que reciben sus recetas y consejos.

Ahora ella ayuda a dueños de pequeños negocios a avanzar y llevar sus emprendimientos  al siguiente nivel. Su propósito es ayudar a más mujeres e hijas de mujeres trabajadoras, para que  como ella, puedan cumplir sus metas y sean autosuficientes. “La gente necesita escuchar mi historia” señala con entusiasmo en esta entrevista en Glow.

Honrando a su madre y a otras trabajadoras del hogar

Danira afirma que, si no hubiese sido por la inspiración del trabajo duro e incansable de su madre, ella no hubiese podido prosperar, y que por esta razón “el trabajo del hogar es una labor que necesita ser mejor remunerada”. 

“Pude conocer a tantas mujeres que están luchando por sacar adelante a su familia y yo me identifico, pues mi madre y yo lo hacemos todos los días”.

Considera que el trabajo doméstico permite que muchas mujeres y familias puedan trabajar, por lo que es un pilar en la economía de miles de familias.

En una foto publicada en su cuenta de instagram, posa junto a su mamá y dice que ella siempre ha sido su máximo apoyo.