Luego de más de dos décadas de lucha para lograr las mismas protecciones laborales que otros empleados, las trabajadoras del hogar en Sudáfrica celebran que a partir de este año recibirán el mismo salario mínimo que el resto de trabajadores de ese país.

A pesar de haber ganado varias protecciones durante los últimos veinte años, las trabajadoras del hogar en Sudáfrica sólo tenían derecho a un porcentaje del salario mínimo.

Pero esa situación cambiará a partir del primero de marzo, cuando deberán empezar a recibir el mismo salario mínimo legal que ganan otros empleados sudafricanos.

El 7 de febrero el ministro de Trabajo de este país, Thulas Nxesi, anunció que el salario mínimo ahora será de 23,19 rands (la moneda sudafricana), lo que corresponde a 1,51 dólares por cada hora ordinaria trabajada.

El ministro dijo que este aumento no tendrá excepciones a grupos como los trabajadores agrícolas y las trabajadoras del hogar, estas últimas, más de un millón de mujeres, en su mayoría de raza negra.

Con la inclusión total en el salario mínimo, estas mujeres, quienes hasta el momento reciben 19,09 rands (1,25 dólares) por hora de trabajo, deberán recibir aproximadamente 3700 rands (240,90 dólares) por mes de trabajo típico, que corresponde a 20 días, 8 horas al día.

La inclusión total en el salario mínimo de estas trabajadoras se da después de varias décadas de campañas de sensibilización, investigaciones sobre los salarios y las condiciones laborales, talleres y audiencias públicas.

La más reciente campaña se dio en el 2019 cuando las organizaciones de trabajadoras del hogar en Sudáfrica y organizaciones de trabajadores agrícolas se unieron para abogar por la inclusión total de todos los trabajadores en el salario mínimo, según comentó a este medio la Alianza de Trabajadoras Domésticas de Johannesburgo, Izwi.

“La inclusión en el salario mínimo completo debe ser el punto de partida para que la sociedad sudafricana reconozca que las trabajadoras del hogar son profesionales como cualquier otro trabajador”, dijo Izwi.

Esta victoria también fue producto de la presión constante. “Enviamos peticiones”, dijo Myrtle Witbooi, Secretaria General de SADSAWU. “Dejamos que miles de trabajadoras del hogar [firmaran] que no estamos contentas, así que el gobierno volvió a decirnos: ‘Está bien, en enero de 2022, las trabajadoras del hogar tendrán el mismo salario mínimo nacional’”.

El cambio de ‘sirvienta’ a trabajadora

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la lucha por un salario mínimo para las trabajadoras del hogar comenzó en 1994 con la transición del Apartheid a la democracia.

El apartheid fue el sistema de segregación racial que se instauró formalmente en Sudáfrica en 1948 y que consistía en leyes racistas que despojaron de múltiples derechos a la población negra, que era la mayoría. 

“La introducción de un salario mínimo y otras protecciones para las trabajadoras del hogar puede considerarse una de las historias de éxito de la Sudáfrica posterior a 1994”, dice la OIT en un informe.

“Fue un paso importante en el reconocimiento de las trabajadoras del hogar como trabajadoras con derechos, un cambio de ‘sirvienta’ a ‘trabajadora’. También se ha descrito como parte de un proceso de “desesclavización” y reafirmación de la dignidad del trabajo doméstico”. agrega el informe.

El salario mínimo entró en vigor en Sudáfrica en el 2002 y las trabajadoras del hogar fueron incluidas, pero como ya se mencionó antes, solo ganaron el derecho a un porcentaje del salario legal.

No es suficiente para salir de la pobreza

A pesar del aumento, es posible que la inclusión en el salario mínimo nacional para estas trabajadoras no sea suficiente para sacarlas de la pobreza.

Según el Instituto de Estudios sobre la Pobreza y la Desigualdad, SPII por sus siglas en inglés, el sudafricano promedio necesita ganar 7,911 rands (519 dólares) o más al mes para mantener un nivel de vida digno.

Pero una trabajadora del hogar en Sudáfrica que gana en promedio 2.500 rands (164 dólares) y pasará a ganar 3.000 rands, a duras penas le alcanza para vivir, según otro informe.

Trabajadoras del hogar dan su opinión y dicen que queda mucho por hacer

Aunque los grupos que defienden los derechos de estas trabajadoras reconocen que las leyes actuales les ofrecen más protecciones, aseguran que todavía queda mucho por hacer, sobre todo para educar a estas mujeres sobre sus derechos y concientizarlas sobre las condiciones básicas del empleo.

“Creo que las leyes actuales no son malas, pero los empleadores piden a las trabajadoras que mientan a los inspectores, que no les abran la puerta y ellas, por miedo hacen caso”,  dijo Eunice Dhladhla, antigua empleada de hogar y coordinadora del sindicato de Empleadas de Servicio Doméstico y Trabajadores Aliados de Sudáfrica, SADSAWU por sus siglas en Inglés. 

Hoy en día una gran parte del millón de empleadas del hogar censadas en Sudáfrica continúa viviendo en la propiedad de sus patrones, generalmente en condiciones precarias.

Amy Tekie, co fundadora de la Alianza de Trabajadoras Domésticas Izwi en Johannesburgo dice que a pesar de las leyes en Sudáfrica otorgan derechos a las trabajadoras del hogar, muchos empleadores no las siguen, contratan a las trabajadoras de manera informal para que vivan en sus hogares, donde a menudo experimentan abuso verbal y físico.

“A menudo, los empleadores piensan que pueden utilizar a sus empleadas como les plazca porque viven en su casa”, dice Tekie.

Y otro grave problema al que se enfrentan es que estas mujeres sufren acoso sexual en todas sus formas: violaciones, tocamientos o coacciones.

Dhladhla dice que resulta imposible saber el número exacto o aproximado de trabajadoras del hogar que han sufrido este tipo de agresiones, y que les cuesta mucho emprender acciones legales, porque la mayoría decide no denunciar por vergüenza y miedo. 

Próximos pasos

El sindicato de Empleadas de Servicio Doméstico y Trabajadores Aliados de Sudáfrica, (SADSAWU por sus siglas en Inglés) ha comenzado a producir y distribuir videos educativos a través de WhatsApp, en los idiomas locales de Sudáfrica, para enseñar a las trabajadoras sobre sus derechos.

Están trabajando además para crear una línea telefónica de emergencia donde las trabajadoras del hogar puedan llamar para hacer reclamos si se lesionan trabajando y requieren ser indemnizadas, a lo que por ley tienen derecho.

“Queremos tener un número de WhatsApp especial para las trabajadoras del hogar”, dijo Myrtle Witbooi, Secretaria General de SADSAWU. “Para que si una trabajadora del hogar se lastima en el trabajo, pueda presionar un número e inmediatamente alguien responderá del otro lado”.

Si quiere conocer más sobre el trabajo que están haciendo las organizaciones de trabajadoras del hogar en Sudáfrica haga clic aquí.