Durante 43 años, Margaret Gaxiola limpió la casa de Pamela Key-Linden en un vecindario de altos recursos de Albuquerque, New México.

Gaxiola solía llevar a sus dos hijas, Monica García y Nichol Naranjo, a esta última le encargaba pequeñas tareas para mantenerla ocupada, como vaciar y reemplazar las bolsas de los cestos de basura.

“Di algunos de mis primeros gateos y pasos en esta casa, mientras mi mamá la aspiraba y quitaba el polvo, porque Pam tuvo la amabilidad de dejar que mi mamá llevara a sus hijos a cuestas todos los viernes por la mañana”, escribió Naranjo en su cuenta de Instagram.

Naranjo contó al New York Times que de todas las casas que limpiaba su madre, esa casa de 3.000 pies cuadrados de mediados de siglo, construida alrededor de un patio interior y decorada con antigüedades europeas era su favorita.

En noviembre del 2020, Nichol, ahora con 44 años, casada y con tres hijas compró la casa que su mamá limpió por más de 4 décadas. “Un resultado inusual pero natural de la cercanía que se formó entre la familia de la limpiadora y la ex dueña de la casa, quien murió en 2018”, reseñó el New York Times.

“Creo que siempre supe que terminaría aquí algún día. Se siente bien”, dijo Naranjo quien creció en una casa modesta en Los Duranes, un vecindario de bajos ingresos de ambiente semi rural.

Más que un vínculo laboral

Durante los años que la señora Gaxiola trabajó para la señora Key-Linden ambas mujeres consolidaron una relación cercana en la que se apoyaron emocionalmente y sus familias se volvieron más unidas.

“Entramos en muchas casas debido a la limpieza de mi mamá”, dijo Naranjo al New York Times. “Pude observar diferentes estilos de vida y personalidades. Nadie era como Pam. Pam se convirtió en una familia”.

Después de que la señora Key-Linden y su segundo esposo murieron, Gaxiola entregó la llaves de la casa. “Eso fue desgarrador y pensé: ‘Eso también fue la mitad de mi vida”‘, dijo la Sra. Gaxiola. “Me estaba despidiendo. Esta no era una casa para limpiar. Era una segunda casa para venir y disfrutar.”

La casa de sus sueños

Para Naranjo, la casa y estilo de la señora Key-Linden fueron grandes influencias en su concepto del éxito. Influencia que llevó consigo desde que compró su primera vivienda. Su gusto por el diseño y la decoración incluso le han permitido aparecer en varias publicaciones de decoración de interiores.

Cuando se enteró de que la casa de Key-Linden estaba en venta, ella y su esposo no dudaron en comprarla con todo lo que había en ella. Los esposos pagaron casi $472.000 por la propiedad.

Para Naranjo, el valor emocional del lugar es igual de importante. “Su padre había pintado esas paredes. Su madre había limpiado esas habitaciones. Ella misma había vaciado las papeleras de niña”, escribió el New York Times. “La huella dactilar de toda mi familia está en esta casa”, dijo Naranjo a ese medio. “Fue tan emotivo”.

Desde entonces, Naranjo ha hecho varias renovaciones a la propiedad, dejando ver su propio estilo y personalidad que comparte en su cuenta de Instagram.

Gaxiola ahora viene a la casa no como trabajadora sino como invitada. 

“Estoy agradecida por una madre que fregó los pisos y baños de otras mujeres/hombres, para que pudiéramos tener comida en la mesa y ropa en nuestras espaldas” escribió Naranjo en su cuenta de Instagram. “También estoy agradecida por las mujeres/hombres que emplearon a mi madre, para que ella pudiera hacerlo. ¡Los sueños realmente se hacen realidad!”.

Esta historia fue reportada originalmente por Steven Kurutz para el New York Times