La palabra Soji se traduce literalmente como “limpieza” en japonés, pero el Soji no se trata sólo de hacer que la casa luzca bonita. También puede ser una forma de cultivar la mente y mejorar el bienestar general.
Así lo afirma Andy Matsumoto, monje budista zen y autor del libro “Guía de un monje para una casa y una mente limpias”, quien ha influenciado la popularidad de este método en diferentes partes del mundo.
El Soji tiene sus raíces en las enseñanzas budistas zen, donde la limpieza se considera una práctica espiritual. En los templos zen, los monjes dedican tiempo a la limpieza como parte de su rutina diaria, viendo esta actividad como una forma de purificar el cuerpo y la mente.
La filosofía detrás del Soji promueve la idea de que un entorno limpio y ordenado refleja un estado mental claro y tranquilo.
“La vida es una práctica diaria, si eres descuidado, tu mente y tu espíritu estarán sucios. Pero si eres ordenado, tu mente y tu espíritu estarán limpios”, asegura Matsumoto.
Cómo hacer de la limpieza una práctica espiritual
Matsumoto asegura que la limpieza, una actividad cotidiana que la mayoría de las personas realiza, puede transformarse en una práctica espiritual profunda, cambiando la relación con las tareas diarias para convertirlas en oportunidades para el crecimiento espiritual y la reflexión personal.
Para cambiar la forma de pensar sobre la limpieza, el monje recomienda dedicar unos minutos cada día a limpiar y organizar el espacio personal. Esto puede ser tan simple como hacer la cama al levantarse, lavar los platos después de comer o recoger y guardar los objetos dispersos.
Sin embargo, se debe adoptar un enfoque consciente al realizar estas tareas. En lugar de verlo como una obligación tediosa, considerar cada movimiento y acción como una forma de meditación activa.
“¿Cómo puedes convertir tus tareas domésticas diarias en una oportunidad para contemplarte a ti mismo?”, pregunta Matsumoto. “Te recomiendo que tengas tu propio ritual al empezar a limpiar. En mi caso, rezo y canto un mantra corto a una pequeña estatua de Buda antes de limpiar”.
Cómo la limpieza puede beneficiar la mente
Según el monje budista, la práctica consciente de la limpieza puede ayudar a desarrollar la atención plena, que consiste en centrar la atención en el momento presente sin emitir juicios. Además, esta práctica puede liberar pensamientos y emociones negativas, contribuyendo a despejar la mente y mejorar el estado de ánimo.
Completar una tarea de limpieza también puede proporcionar una sensación de logro y aumentar la confianza en uno mismo, señala Matsumoto.
“Tu actitud no cambiará de inmediato solo con hacer un poco de limpieza, pero creo que cambiará gradualmente”, dice. “Si practicas limpieza, limpieza y más limpieza, eventualmente te darás cuenta de que has estado limpiando tu mundo interior junto con el exterior”.