Nueva York, NY — En octubre Megan Rapinoe del Equipo Nacional de Fútbol Femenino de los EE.UU. fue premiada como la Deportista de Equipo del Año 2019 por la Fundación Deportiva Femenina. Pero además de recibir numerosos premios, como premio FIFA a la mejor jugadora y la Copa Mundial junto a su equipo, Megan Rapinoe ha aprovechado ser el centro de atención para visibilizar la desigualdad de género. Y no solo la brecha salarial entre hombres y mujeres, también las negociaciones en las que ella y otras participan para cambiar sus salarios.
Para muchas personas, ya sean futbolistas, o trabajadoras en oficinas o en hogares, pedir un aumento puede ser difícil. Según una encuesta de la empresa Payscale, un 57% de las personas encuestadas nunca han pedido un aumento de sueldo, y un 28% dice que nunca han pedido un aumento porque les resulta incómodo, sobre todo para las mujeres encuestadas.
Para Jennifer Muñoz, profesional de la limpieza desde hace 3 años y ubicada en Florida, por ejemplo, es una práctica habitual. “Cada año subo mis precios,” dijo en una entrevista con La Alianza. “Sube el precio de la canasta familiar, o sea mercado como la renta y otro artículos y esto es parte esencial e incluso de supervivencia. No todos tienen carro, pero sí pagan un taxi o bus para desplazar a su lugar de trabajo, y esas tarifas suben. Los precios suben, así que ¿por que no voy a hacerlo yo también? Muchos clientes no entienden esto. Pero yo sí, y eso es lo que importa. Hay que valorarse y valorar el trabajo de una.”
Un estudio de la Harvard Business Review encontró algo diferente a la teoría de que las mujeres no piden aumentos porque les es incómodo: las mujeres piden aumentos de igual frecuencia que los hombres, encontró el estudio, y la diferencia es que a las mujeres no se los conceden tanto como a los hombres. Es decir, las mujeres consiguen aumentos un 15% de las veces, mientras que los hombres un 20%.
Pero ante esta dificultad, una experta en negociación de sueldos, Devon Smiley, en una entrevista con El New York Times expresó que es buena idea negociar aumentos de sueldo, a pesar de que sea incómodo, difícil, o haya resistencia. Recomienda “que las personas soliciten un aumento al menos una vez al año, como parte de una revisión anual.” Lo ideal, dijo, es iniciar una negociación de sueldo con “con evidencia indiscutible del valor que estás contribuyendo. La evidencia es importante.”
Esta preparación para demostrar el valor y recopilar evidencia también lo pusieron en práctica las futbolistas del equipo estadounidense. El New York Times reportó que las jugadoras se escribían constantemente, preparando correos electrónicos, mensajes de texto, encuestas y otros documentos. Se reunían para ensayar lo que iban a decir durante las negociaciones y se asesoraban las unas a las otras para perfeccionar hasta el último detalle.
En otra entrevista concedida con CNBC, la futbolista Rapinoe también ofreció otros consejos para enfrentarse a una negociación de sueldo. En primer lugar, recomendó no rendirse. “No retrocedas,” dijo. “Probablemente irás en contra de tu empleador o de tu jefe y puede ser muy desalentador, pero cree en ti misma y cree en lo que estás haciendo y simplemente no retrocedas.”
Y delante de los problemas, también sugirió encontrar un grupo de apoyo. “A veces es difícil, pero busca otras mujeres o redes para aumentar tu confianza,” platicó. “Tenemos mucha suerte de estar en un equipo. Tenemos a otras 23 mujeres. Si alguna vez sientes un momento de duda, todas dicen ‘¡Tu puedes!’. Tenemos suerte en ese sentido.”
Wendy Rodriguez, profesional de limpieza durante 6 años y ubicada en Chicago compartió su opinión en una entrevista con La Alianza. “Es muy importante tener claros tus precios y no bajarlos. Pago impuestos, pago seguros, así que claro que subo mis precios también. Me ayuda a valorarme y sentirme segura de mi misma esto. Hay muchas personas abusivas. Tengo mis rangos de precios que varía unos 10-30 dólares dependiendo del budget del cliente. Pero no bajo más. ¡Tengo que pagarme la vida y la de mis hijos!” exclamó.