Cambridge, MA — Cada vez se acerca más las Navidades y el fin de año, y para muchas trabajadoras eso significa empezar a planificar para prepararse para una temporada de gastos extras: los regalos para la familia, las comidas para las cenas de Navidad o fin de año, y ahorrar para los días que los clientes se van de vacaciones. Para compensar estos gastos, y como gesto de agradecimiento por parte de los clientes, durante esta época también puede ser posible recibir un aguinaldo, un bonus, o una propina significante.

“El 70% de mis clientes me dan propina cada vez que termino la limpieza,” comenta Wendy Rodriguez, profesional de la limpieza basada en Chicago. Añade que cree que es por agradecimiento, y se siente bien cuando lo recibe. “Es dinero extra el cual ahorro durante todo el año, ya que no es parte de la paga. En Navidad es cuando recibo más,” dice.

Pero la costumbre de dar un aguinaldo o propina no es siempre habitual. Un estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica publicado el mes pasado ha investigado la práctica de dar propina a los conductores de Uber, una empresa que proporciona viajes y conductores a través de una aplicación, y han descubierto que tan solo un 16% de los viajes de Uber reciben propinas, y que tan solo un 1% de los clientes de Uber dan propina de manera regular.

¿Qué es exáctamente una propina? 

El concepto de propina puede tener varios matices, y en distintas culturas y países el significado puede variar también. Hay autores que explican que una propina es una costumbre, un regalo que se ofrece. O también podría considerarse una recompensa por un servicio otorgado, o podría definirse como una obligación por haber recibido ciertos servicios.

¿De dónde nace esta costumbre? 

Autores creen que existe desde la época romana, incluso antes. Antiguamente, dar propina era una manera de recompensar a los sirvientes, y más tarde se extendió a servicios, restaurantes y otros lugares. Por ejemplo, en los restaurantes de Londres se podría leer la inscripción “To Insure Promptness” (TIP), traducido como “Para Asegurar la Rapidez,” junto a cubetas para recoger la propina. 

Otros autores creen que durante el siglo 17 en Inglaterra, en las casas particulares los huéspedes daban propina a los sirvientes del anfitrión por su servicio. En Estados Unidos, cuando llegó la práctica también estuvo asociado a la esclavitud.

Desde entonces, la costumbre de dar propina ha evolucionado, y ahora se considera normal dar propina a las trabajadoras en restaurantes, hoteles, y a las que limpian o cuidan niños en casas particulares. 

Y¿por qué dan propina los clientes? ¿Qué factores pueden influir en su decisión de dar más o menos cantidad? 

El investigador Michael Lynn, profesor de la Escuela de Administración Hotelera de la Universidad de Cornell y experto en propinas ha estudiado y escrito varios artículos sobre la propina y la psicología que lo promueve.

En una entrevista con PBS Newshour, Lynn habló sobre por qué la gente da propina a los servidores y servidoras de restaurantes. En general hay cinco razones, según el experto: 

“Algunas personas dan propinas para presumir. Algunas personas dan propinas para ayudar al servidor, para complementar sus ingresos y hacerlos felices. Algunas personas dan propinas para obtener un servicio futuro. 

Y luego otras personas dan propinas para evitar la desaprobación: no quieres que el servidor piense mal. Y algunas personas dan propina por un sentido del deber.”

Enfatizó que las personas no suelen dar propina por haber recibido un servicio de calidad. La calidad, en verdad, no tiene mucho que ver. Lo que sí está relacionado, teorizó Lynn, es el precio del servicio: cuanto más caro, más propina habrá. 

Otro factor que cree estar vinculado a por qué se da propina es la personalidad del cliente. Las personas más extrovertidas son más propensas a dar propina, dice Lynn.

¿Se puede conseguir que los clientes den más propinas? 

No es del todo sencillo, pero hay comportamientos que podrían influir. Para aumentar o generar más propinas, el investigador recomienda, por ejemplo, intentar vender servicios o productos adicionales. En el caso de una mesera de restaurante, por ejemplo, significa intentar venderle al cliente más platos del menú. 

También dice que es importante establecer una conexión con el cliente, desde un trato cercano y personal. Aprender su nombre, sonreír, mantener contacto visual son comportamientos que puede ayudar a crear esa conexión. 

A la hora de dar propina, la percepción que tenga el cliente de la trabajadora influye más en su decisión que la percepción que tenga el cliente sobre el servicio, cree Lynn, y por eso crear esta conexión con el cliente es tan importante.

La respuesta a si se puede conseguir más propina, entonces, no tiene una ciencia cierta. Pero, siguiendo el consejo de Lynn, para este cierre de año quizás centrarse en afirmar esa conexión con los clientes podría ser una estrategia efectiva, para no solo mantener una buena relación con ellos, sino para quizás influir en la costumbre de dar propina.