Las remesas que los inmigrantes mexicanos envían desde Estados Unidos a sus familias en México son una parte crucial de la economía mexicana. En 2023, ese país recibió más de 65 mil millones de dólares en remesas, según un informe de la Red Nacional de Organización de Jornaleros (NDLON por sus siglas en inglés).
Este flujo de dinero no solo ha sido vital para reducir la pobreza en México, sino que también es una evidencia tangible de las contribuciones de millones de trabajadores mexicanos en Estados Unidos. Sin embargo, a pesar de estas aportaciones, la situación de los adultos mayores inmigrantes es preocupante, dice un informe de NDLON.
Una deuda no pagada
Miles de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, en su mayoría indocumentados, enfrentan una vejez llena de incertidumbre.
Después de décadas trabajando en sectores mal remunerados como el trabajo del hogar, la construcción y los restaurantes, la mayoría no cuenta con pensiones ni ahorros suficientes para vivir con dignidad.
Según el informe Pagar la deuda, basado en una encuesta a 1.572 inmigrantes mexicanos indocumentados, el 95% de los encuestados ha trabajado en Estados Unidos un promedio de 34 años, en empleos que, en su mayoría, no ofrecen prestaciones como planes de jubilación o seguro médico.
En sectores como el trabajo del hogar, por ejemplo, 1 de cada 10 trabajadoras tiene acceso a un plan de jubilación proporcionado por su empleador.
Además, los inmigrantes sin estatus legal en Estados Unidos no son elegibles para los beneficios de jubilación del Seguro Social, aunque muchos de ellos han pagado impuestos a través de un Número de Identificación del Contribuyente (ITIN).
“Tenemos una deuda histórica con nuestros trabajadores mayores. Tanto Estados Unidos como México se han beneficiado enormemente de una fuerza laboral inmigrante que lo ha dado todo”, dijo Pablo Alvarado, codirector ejecutivo de NDLON. “Con un estimado de $65 mil millones en remesas para 2024, los trabajadores migrantes que viven en Estados Unidos no solo están contribuyendo a la economía regional, sino que la están subsidiando”.
Las remesas: Una línea de vida
A lo largo de los años, las trabajadoras del hogar, al igual que muchos otros inmigrantes, han enviado remesas a sus familias en México, lo que ha sido una fuente crucial de sustento.
El informe revela que el 93% de los encuestados ha enviado dinero para cubrir gastos como alimentos, medicinas y educación. Sin embargo, este esfuerzo ha tenido un costo, ya que muchas trabajadoras se han quedado con pocos ahorros para su propio futuro. Martha Salazar, una inmigrante mexicana que ha vivido en Estados Unidos por más de dos décadas, dijo que ha estado enviando apoyo económico a su familia en México durante 23 años.
“Comencé a trabajar doble turno para poder enviar dinero a mis hijos para que pudieran estudiar y para poder pagar nuestra casa”, aseguró.
Acceso a la Pensión Bienestar
Recientemente, el gobierno mexicano anunció la expansión del programa “Pensión Bienestar” para incluir a residentes en Estados Unidos. Este programa ofrece un apoyo económico mensual a adultos mayores de 65 años en México.
Sin embargo, hasta el momento, aquellos que emigraron y han contribuido a la economía mexicana desde el extranjero no calificaban para este beneficio.
Con esta expansión, Martha espera que finalmente se le reconozcan sus años de contribuciones, ya que considera que tiene derecho a recibir los cerca de $300 dólares bimestrales que ofrece este programa. “Ese alivio poco o mucho nos va a ayudar”, dijo.
Sin embargo, aún falta claridad sobre cuándo se implementarán estos beneficios y cómo se distribuirán a los migrantes en Estados Unidos.
¿Qué puede hacer?
Si es una inmigrante mexicana que vive en Estados Unidos, puede mantenerse informada de que está pasando con el programa Pensión Bienestar siguiendo a NDLON en sus redes sociales.
Esta organización está trabajando activamente para asegurar que los trabajadores migrantes que han contribuido a la economía de ambos países reciban el apoyo que merecen en su vejez.