Los Ángeles — Como respuesta a las nuevas políticas migratorias, redadas y riesgo de deportaciones, existen clínicas ofreciéndose como “santuarios” para que las personas puedan acudir sin miedo a vivir la repercusiones de su estatus migratorio. 

Una de esas clínicas es la Clínica Monseñor Oscar A. Romero, que cuenta con ubicaciones en Pico-Union y Boyle Heights, y que en 2017 se declaró como “santuario” para estas personas indocumentadas que requieren de atención médica. 

La mayoría de pacientes que llegan a la Clínica son de Guatemala, El Salvador y México, y “se estima que el 50% de los pacientes que reciben atención en la Clínica Romero están indocumentados,” dijo Stephanie Lemus, Directora de Servicios al Paciente y Relaciones Comunitarias de la Clínica. 

A principios de 2017, el Presidente Trump firmó una orden ejecutiva para endurecer las políticas migratorias, y esto supuso, entre otras medidas, un incremento de redadas ejercidas por los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés). 

El personal de la Clínica Romero empezó a notar el impacto de estas políticas al ver que un gran número de personas no acudían a sus citas, seguramente por miedo a ser identificadas. “No vienen a sus citas porque tienen un miedo tremendo a qué les pasará si salen de sus casas,” comunicó Ana Grande, la Directora de Asuntos Comunitarios de la Clínica.

La neuróloga Altaf Saadi, instructora clínica de medicina y miembro del Programa Nacional de Becarios Clínicos de la UCLA, comparte esta explicación de por qué hay pacientes que no acuden a los centros de salud. “Vemos el impacto de este estrés relacionado con la inmigración, como en el caso de los pacientes que evitan la atención médica porque no están seguros si un hospital o clínica coopera con las autoridades de inmigración, lo que puede ponerlos en peligro,” comentó. Y el impacto de no acudir a las citas puede ser grave, a veces irremediable. 

Entonces, ¿qué significa que una clínica como la Clínica Romero se proclame un “santuario” para personas indocumentadas?

Según las reporteras de La Opinión, Jacqueline Garcia y Virginia Gaglianone, la neuróloga Saadi fue quién acuñó el término “clínica santuaria.” “Lo que encontré fue que hay muchas acciones que un centro de salud puede tomar para hacer de sus instalaciones un espacio más seguro para los pacientes inmigrantes,” dijo Saadi, “como tener un protocolo específico sobre qué hacer si [ICE] se presenta en el centro de cuidado de salud, o cómo evitar identificar el estado de inmigración del paciente en los registros médicos.”

Este es el caso de la Clínica Romero, donde, por ejemplo, en el caso de que haya una redada por los agentes de ICE, la clínica activa un protocolo que protege a los pacientes, como anunciar la presencia de los agentes, cerrar la clínica y trasladar los pacientes a una zona segura. 

Existen otras clínicas y personal médico con prácticas similares, y muchos son inmigrantes que conocen bien la situación y ansiedad que puede generar la deportación. 

El concepto de “santuario” sirve, entonces, para simbolizar que la clínica está dispuesta a ofrecer protección y aguardar la seguridad de sus pacientes. Es una manera de comunicar que en ese espacio las personas sin papeles pueden acudir sin miedo, donde el personal médico, expresó Saadi, muestra “que quieren lo mejor para sus pacientes, independientemente de su estatus migratorio.”