Nueva York, NY —  “Sin nosotras no se mueve el mundo,” “Me duele to” y “Bachata de cuidados” — estas son algunas de las canciones para bailar escritas por las trabajadoras del hogar de Territorio Doméstico.

El mes pasado, la activista y trabajadora del hogar Rafaela Pimentel visitó la Ciudad de Nueva York para abrir un diálogo sobre la migración y el trabajo del hogar desde la experiencia de Territorio Doméstico, un colectivo de mujeres migrantes en España que desde el 2006 se organizan para apoyarse, compartir juntas y reivindicar sus derechos. Un aspecto importante de su estrategia, compartió Pimentel, es utilizar la música, el baile, el teatro y, sobre todo, la unión. 

Durante la charla, Pimentel comentó varios aspectos del trabajo del hogar que, según ella,  cruzan fronteras. “No importan las fronteras,” expresó, “porque en cada lugar habemos muchísimas mujeres que estamos haciendo un trabajo muy importante para las sociedades.” 

Y es un trabajo que no se reconoce, y menos de las personas migrantes, reflejó Pimentel. 

“Nosotros no queremos irnos de nuestros países, no quisiéramos irnos de nuestros países, especialmente las mujeres que dejamos a nuestros hijos y a nuestra familia,” dijo. “La dejamos para venir a grandes ciudades, a realizar trabajos que muchas veces no lo hace nadie, pero que nosotras lo hacemos, y no tenemos ese reconocimiento.”

“Nosotros no queremos irnos de nuestros países (…) especialmente las mujeres que dejamos a nuestros hijos y a nuestra familia,” dijo. “La dejamos para venir a grandes ciudades, a realizar trabajos que muchas veces no lo hace nadie, pero que nosotras lo hacemos, y no tenemos ese reconocimiento.”

Para visibilizar su causa y empoderarse, usan la música, ya que las ayuda a expresarse y hablar de cosas que para ellas pueden ser difíciles de hablar. Según Pimentel, la música, el teatro y el baile son herramientas que las ayudan a crear unión, un lugar seguro y un espacio de expresión. Incluso han compuesto sus propias canciones inspiradas en sus experiencias y deseos de futuro, como “Levántate empleada del hogar,” “Porque sin nosotras no se mueve el mundo” y “Me duele to.”  

También enfatizó que los logros conseguidos a favor de los derechos de las trabajadoras del hogar son gracias a la acción colectiva. “Lo que se ha conseguido ahora en algunos países, ha sido muy difícil,” dijo, “y es a través de la lucha.” Pero la acción colectiva puede ser difícil para algunas, sobre todo si sienten miedo a que sus empleadores o clientes las reconozca en alguna protesta o acción visible.

Aquí es donde utilizan herramientas como los disfraces y las máscaras. “Para trabajarse los miedos de ser reconocidas por sus empleadores en las manifestaciones o protestas (patrones o clientes),” contó en la charla, “empezaban a disfrazarse en las manifestaciones. Disfrazándose porque así las patronas no las pueden reconocer,” dijo. 

Finalizó recalcando la importancia del trabajo del hogar. “Y fíjense lo importante el trabajo que nosotras estamos haciendo,” comunicó. “Para que mucha de la gente esté en el Congreso, esté haciendo una operación, esté en un puesto haciendo un trabajo, tiene que haber una trabajadora doméstica en la casa, haciendo el trabajo que esa persona no puede hacer. Fíjense lo importante que somos.” 

“Nosotras (Territorio Doméstico) decimos, sin nosotras no se mueve el mundo. Sin el trabajo que hacemos muchas mujeres, y sin el trabajo que hacemos muchas personas migrantes, estas sociedades no estuvieran paradas, no estuvieran en pies, porque la sostenemos nosotras y nosotros con nuestro trabajo.”

“Lo que queremos es que este trabajo sea reconocido y que no solamente las trabajadoras del hogar tengamos unos derechos, sino que en la sociedad tengamos derecho a ser cuidadas, y que nosotras seamos cuidadas,” concluyó.

Puedes escuchar la charla entera de Rafaela Pimentel en español aquí.