Para Leslie, una trabajadora del hogar en Virginia y madre soltera, Medicaid no es solo un seguro médico, es lo que sostiene a su familia. 

Su hija de nueve años, Alejandra, tiene autismo y depende de terapias especializadas que Medicaid cubre y que serían inaccesibles sin este programa. Además, ella utiliza este programa para tratar su artritis y otras enfermedades crónicas. 

Como ocurre con muchas trabajadoras del hogar, Leslie no tiene un empleo que le ofrezca seguro médico y no puede optar por empleos a tiempo completo con beneficios de salud porque es la única cuidadora de su hija. 

Medicaid, un programa financiado por el gobierno que brinda cobertura médica a personas de bajos ingresos, ha sido la única opción para mantener su salud mientras cuida de Alejandra. 

Sin embargo, muchas trabajadoras del hogar que, como ella, dependen de Medicaid podrían quedar desprotegidas. 

En mayo, legisladores republicanos presentaron un plan, que ya fue aprobado en la cámara de representantes, que implicaría el mayor recorte a Medicaid en la historia del país. Los republicanos esperan aprobar la legislación antes del 4 de julio.

La propuesta incluye una reducción estimada de $715 mil millones en servicios de salud y que, expertos aseguran pondría en riesgo la cobertura médica de al menos 13.7 millones de personas.

Las cuidadoras serían doblemente afectadas

Las cuidadoras en el hogar, mayoritariamente mujeres, inmigrantes y de bajos ingresos, serían unas de las más afectadas por los recortes a este programa. 

Casi un tercio de estas trabajadoras dependen de Medicaid para su propia cobertura y muchas trabajan en empleos en los que su salario depende de este programa. Es decir, cualquier recorte impactaría tanto su salud como su fuente de ingreso.

Sindy, por ejemplo, quien es médica especializada en oncología pediátrica y obstetricia, pero que al migrar a Estados Unidos se dedicó a la atención domiciliaria, trabaja en un puesto financiado por Medicaid, brindando atención a pacientes que dependen del programa para su salud y bienestar.

Ella dice que ve todos los días cómo Medicaid hace que el cuidado sea posible, pero que también sabe lo frágil puede ser el acceso a la atención cuando la financiación se ve amenazada.

Un requisito difícil de cumplir

Los recortes presupuestales a Medicaid se darían, en gran parte, gracias a un requisito de que los beneficiarios de Medicaid adultos, sin hijos y sin discapacidad demuestren haber trabajado, hecho voluntariado o asistido a la escuela durante 80 horas durante el mes como condición para recibir seguro de salud.

Esto afectaría de forma directa a las trabajadoras del cuidado, que ya viven con horarios variables y empleos inestables, asegura la Alianza Nacional de Trabajadoras del Hogar (ANTH). 

Aviso: La Alianza Nacional de Trabajadoras del Hogar es la organización socia de La Alianza.

Un solo contratiempo, como la hospitalización o fallecimiento de un paciente, puede dejarlas semanas sin asignación y por ende, fuera de los criterios de elegibilidad, aunque nunca hayan abandonado el mercado laboral.

Adicionalmente, estudios aseguran que es más probable que los beneficiarios de Medicaid desempleados sean mujeres mayores.

La única opción para muchas trabajadora del hogar

Delores es niñera profesional y miembro de la Alianza Nacional de Trabajadoras del Hogar. Durante más de 27 años ha cuidado a niños en la ciudad de Nueva York.

Sin embargo, como ocurre con la gran mayoría de niñeras y trabajadoras del hogar, las familias para las que trabaja no le ofrecen seguro médico. A sus 60 años, su única opción para acceder a atención médica es Medicaid. 

Gracias a este programa, puede asistir a chequeos de rutina, atender condiciones crónicas y mantenerse saludable para seguir trabajando. 

Delores teme que, de concretarse los recortes propuestos, muchas trabajadoras como ella enfrenten aún más obstáculos para mantener su salud.

Su historia pone en evidencia una verdad ignorada en muchos debates legislativos: los cuidados que permiten que otras personas trabajen, estudien y vivan con tranquilidad, dependen de mujeres que muchas veces no tienen cómo cuidar de sí mismas.

Medicaid: El pilar del cuidado a largo plazo

Medicaid es el principal financiador de servicios de cuidado a largo plazo en el país, incluidos los servicios domiciliarios y comunitarios (HCBS, por sus siglas en inglés) que permiten que personas mayores o con discapacidades reciban atención en sus hogares. 

Estos servicios, sin embargo, son considerados “opcionales” para los estados, lo que significa que su cobertura varía según decisiones estatales. Si el financiamiento federal a Medicaid se reduce, los estados podrían eliminar o restringir estos programas al enfrentar presión presupuestaria.

Esto podría derivar en pérdida de acceso a terapias y cuidados vitales para millones de personas, despidos masivos de trabajadoras del cuidado, cierre de centros de salud rurales y asilos, mayor institucionalización y abandono de personas vulnerables.

“Medicaid es una fuente de seguridad. Si se recorta, nos veremos atrapados en trabajos mal pagados en el cuidado de ancianos, sin recursos para salir adelante”, dijo Martha, una cuidadora en el hogar de Nueva York. “Sin beneficios, nuestras comunidades se verían sumidas en el caos”.