Lewisburg, PA — Cuando se habla de limpieza, muchas personas y profesionales de limpieza comentan utilizar productos de lejía para desinfectar superficies, sobre todo de cocinas y baños. Hasta el Centro de Control y Prevención de Enfermedades lo recomienda.

También hay profesionales que juran la eficacia de aceites esenciales como los de lavanda, pino o limón sobre todo como alternativas menos tóxicas y para conseguir agradables fragancias. 

Sin embargo, una investigación reciente ha demostrado que mezclar lejía con productos con un componente cítrico, frecuentemente encontrados en muchos ambientadores y productos de limpieza, puede ser más dañino de lo que se pensaba.

La investigación, conducida por la Universidad de Toronto y la Universidad Bucknell en Pensilvania y publicada por la Sociedad Química Americana (American Chemical Society), ha demostrado que mezclar limoneno, un ingrediente encontrado en muchos productos con fragancia cítrica, con lejía puede ser muy nocivo para las personas y mascotas en el hogar.

¿Cómo lo descubrieron? 

Uno de los ingredientes encontrados normalmente en los productos naturales de limpieza es el limoneno. En sí, este ingrediente no es tóxico. Pero según un artículo publicado por CNN, se convierte en tóxico cuando entra en contacto con el aire o la luz porque puede oxidarse y ser irritante para los ojos y la piel. 

Generalmente, las cantidades de limoneno en los productos cosméticos o productos utilizados a diario son demasiado pequeños para ser dañinos, pero ciertos productos de limpieza, sobre todo comercial, pueden contener cantidades más altas y ser peligrosas para la salud, sobre todo si entran en contacto con productos con lejía.

Los productos de limpieza con lejía emiten dos compuestos, HOCI (ácido hipocloroso) y Cl2 (gas de cloro). Estos vapores emitidos luego se acumulan, sobre todo el espacios poco ventilados, y generan una reacción con el ingrediente limoneno, presente en muchos productos de limpieza, aceites esenciales, o ambientadores. 

Los expertos explican que en esa reacción, se crean compuestos volátiles que, expuestos a la luz natural o artificial, producen aerosoles orgánicos secundario (siglas SOAs en inglés), que son partículas tóxicas en el aire que pueden irritar los ojos, nariz y garganta, provocando malestar, dolor de cabeza o incluso problemas pulmonares.

¿Cuál es la alternativa más saludable?

Para reducir el riesgo de estos daños, los investigadores recomiendan ventilar los espacios donde se está limpiando, como abrir las ventanas. También recomiendan evitar mezclar productos y utilizarlos de uno en uno.