Nueva York, NY — Estamos en una crisis del cuidado. Y hay que buscar maneras de intervenir para combatirlo. Así lo argumenta Allison Cook, la autora del nuevo reporte de la organización PHI (Paraprofessional Healthcare Institute) y Gerente de Políticas de Nueva York. 

Según el reporte, el número de personas mayores de 65 está aumentando de manera rápida y está generando más demanda de profesionales del cuidado de las que se oferta. Esto quiere decir que hay menos trabajadoras del cuidado que personas con necesidad de cuidado. Cada vez más personas necesitan ser cuidadas, pero cada vez menos personas quieren el trabajo de cuidarlas. Y para detener las consecuencias de lo que supone esto como, por ejemplo, cargas económicas y estrés emocional, dice la autora, hay que empezar a nivel local.

Pero primero, ¿a qué se debe esta crisis del cuidado? ¿Por qué es más baja la oferta de trabajadoras del cuidado que la demanda? Los motivos son varios. Uno de los más significativos, según argumenta la organización, es que las condiciones de trabajo dificultan que las trabajadoras quieran quedarse en su trabajo. Las tasas de rotación son altas, los sueldos bajos, y los beneficios prácticamente inexistentes. Tampoco tienen tanto acceso a recursos que las ayude a crecer profesionalmente. 

Las consecuencias son varias. Por un lado, para los clientes, quienes luchan por encontrar un cuidado que les sirva. Y por otro lado, para las trabajadoras, quienes tienen que enfrentarse a condiciones de trabajo precarias. Estos factores suponen una carga económica, a veces incluso emocional, en las trabajadoras y los clientes, convirtiendo el trabajo del cuidado domiciliario en algo poco atractivo para muchas trabajadoras.

Para combatir la crisis, la organización recomienda que se implementen estrategias a nivel local, regional, estatal, e incluso nacional. Intervenir a nivel local es más probable que sea efectivo, dice la autora, ya que a nivel local es donde más interacción se tiene con los residentes y trabajadoras, donde mejor se conocen sus necesidades de cuidado y donde ya cuentan con infraestructuras y servicios para la comunidad. 

¿Qué tipos de estrategias se podrían implementar a nivel local para combatir la crisis del cuidado? Según la autora, el proceso de selección y reclutamiento es clave. Crear campañas que contribuyan a que trabajo del cuidado sea algo atractivo, sobre todo para aquellas personas que normalmente no trabajan en ese sector, es un paso a tomar. Otra idea que sugiere la autora, sobre todo para reducir la tasa de rotación del personal, es primero capacitar a las trabajadoras y después implementar algún sistema de valoración para asegurarse de que estén bien formadas y capacitadas. Apostar por el desarrollo de la fuerza laboral es importante también, ya que prepararía mejor a las trabajadoras para su trabajo, aumentaría la retención y minimizaría los costes de tener que contratar a personas nuevas.

Otra estrategia que menciona la autora es apoyar la formación y desarrollo de las trabajadoras, ya sea mediante recursos, servicios de cuidado infantil, apoyo legal, beneficios u otros. También abogar por transformar el trabajo del cuidado en un trabajo con salidas y avances profesionales, para así convertirlo en una profesión atractiva con posibilidad de crecimiento y ascenso.

“Nuestra investigación continúa mostrando que, a pesar de su profundo valor para las personas mayores y las personas con discapacidad en todo el país, las trabajadoras de atención directa luchan con trabajos mal pagados que amenazan la estabilidad de este sector,” dijo Jodi M. Sturgeon, presidenta de la organización PHI, en un comunicado de prensa. 

“Necesitamos fortalecer esta fuerza laboral a través de una mayor compensación, mejores oportunidades de capacitación y trayectorias profesionales, y una inversión significativa en todos los aspectos de este sector, desde sistemas de recopilación de datos hasta intervenciones de reclutamiento y retención, y mucho más,” añadió.