Un estudio ha destacado la prevalencia de dolor de espalda entre profesionales de la salud, y ha descubierto que el dolor lumbar es una de las recurrencias más comunes, sobre todo para las enfermeras. Cada año, miles de enfermeras reportan que el dolor lumbar dificulta sus niveles de productividad, incluso obligándoles a solicitar una jubilación anticipada debido al dolor.

Los movimientos que realizan estas profesionales, como cargar pacientes y cambiar su postura, suponen un conjunto de movimientos y posturas que doblan y retuercen las manos y la espalda, generando compresión y presión sobre la columna vertebral. Similarmente, muchas trabajadoras del hogar realizan movimientos y posturas repetitivas, a veces incluso de carga, y muchas experimentan dolores musculares, incluidas las molestias de espalda.

Las causas principales del dolor de espalda

El doctor y profesor de neurocirugía Mohamad Bydon, en su libro publicado este año titulado “Salud de espalda y cuello: la guía de Mayo Clinic para tratar y prevenir el dolor de espalda y cuello” explica que el dolor de espalda puede causarse por diversas razones. “Por lo general, el dolor se asocia con algún tipo de daño mecánico”, comenta. “Puede ser algo aparentemente trivial lo que desencadenó el evento, como agacharse, estornudar o toser. O puede ser algo más serio, como un accidente o una lesión traumática”.

Debido a que los dolores de espalda y cuello son tan comunes, puede pensarse que son inevitables. Sin embargo, según el doctor Bydon ciertos factores y trabajos aumentan el riesgo de sufrirlo. Un trabajo físicamente exigente, por ejemplo, especialmente uno que implique levantar objetos pesados, agacharse de manera desequilibrada, o realizar acciones sutiles y repetidas. Otra de las causas principales del dolor suele ser no prestar suficiente atención a la postura corporal al realizar ciertas tareas como trapear el piso o mover muebles pesados, por ejemplo. 

En resumen, las causas más frecuentes del dolor de espalda son:

  • Ejercer demasiada fuerza o ejercerla de manera incorrecta al levantar o mover objetos pesados 
  • Repetir movimientos que en especial afecten a la columna vertebral. Movimientos como aspirar, trapear, levantar o mover muebles pesados.

Las posturas correctas para evitar lesionarse

En su libro, Bydon enfatiza que identificar el origen de su dolor es un proceso que puede llevar tiempo. Por eso es ideal que si usted puede, acuda a una persona especialista en manejar el dolor de espalda, para evitar alimentar el ciclo de dolor que podría generar consecuencias como el estrés o la depresión.

También explica que realizar movimientos con una buena postura corporal pueden ayudar a reducir la intensidad del dolor, así como evitar lastimarse más. Movimientos que se realizan en el trabajo del hogar, por ejemplo. La directora del centro de fisioterapia NOPAIN, Rocío Salas, dice que “es en estas labores domésticas que solemos lesionarnos o empeorar nuestra situación musculoesquelética. Doblamos mucho el tronco, levantamos mucho los brazos, o no usamos la integralidad de nuestro cuerpo”, dice. Es por eso que es importante evitar realizar los movimientos de manera incorrecta, para procurar mantener una buena higiene postural.

A continuación, explicamos algunos ejemplos de cómo realizar algunos movimientos para protegerse la espalda y evitar aumentar o empeorar el dolor.

Barrer, trapear o aspirar 

Para evitar el dolor de espalda, la escoba o fregona debe tener una altura suficiente para que no tenga que inclinarse ni doblar el tronco. “Las manos deben sujetar el palo entre la altura del pecho y cadera, dejando siempre la espalda recta”, explica la Fundación Kovacs en su página web.  “Hay que mover la escoba o fregona lo más cerca posible de los pies y solo con los brazos, y moviendo la espalda sutilmente de derecha a izquierda pero sin seguirlos con la cintura, para que la espalda se mantenga recta”. 

La fisioterapeuta Rocío Salas también recomienda aspirar con la espalda recta, usando las piernas para mantener el ritmo en todo el cuerpo. Aquí puede ver un video de cómo recomienda hacerlo, además de cómo realizar otros movimientos como limpiar muebles bajos y muebles altos.

Limpiar cristales y vidrios

Otro equipo de fisioterapia y rehabilitación también recomienda coordinar la postura de los pies y las manos al limpiar las ventanas. Si utiliza la mano derecha para limpiar, por ejemplo, es buena idea adelantar el pie derecho y retrasar el izquierdo, apoyando la mano izquierda sobre el marco de la ventana. 

Es importante que la espalda esté recta lo más tiempo posible, recomienda el equipo, y no se debe colocar el codo por encima del hombro al limpiar los cristales, ventanas o vidrios.

Levantar o cargar peso 

Hay distintas maneras que le pueden permitir cargar peso con menor riesgo, pero lo importante es acordarse de flexionar las rodillas y mantener la columna lo más recta o arqueada hacia atrás posible. Puede pararse apoyando los dos pies ligeramente separados, a lo ancho de las caderas, y lo más cerca que pueda al peso que debe cargar. También es recomendable transportar el peso lo más cerca del cuerpo posible, y levantar el peso solo hasta la altura del pecho.

Si las opciones son estirar o empujar de un objeto, Stephanie O’Brien, fisioterapeuta de la Red de Rehabilitación, afiliada a Harvard, recomienda empujar antes que tirar. “Empujar es más seguro”, dice. “La gente puede empujar aproximadamente el doble de lo que puede tirar”.

Aquí puede ver un ejemplo de la fisioterapeuta Sara López, del centro IMP fisioterapia, sobre cómo levantar un objeto o carga para evitar lesionarse:

Otra estrategia para mantener la salud de la espalda 

O’Brien menciona que activar los músculos de las piernas y de la zona abdominal puede ayudar a mantener la estabilidad al realizar movimientos como empujar o estirar. Mantener estos músculos fuertes reduce la probabilidad de lesionarse, y una manera de ejercitarlos es caminando 30 minutos al día o 15 minutos dos veces por día. “Puedes comenzar con cinco o diez minutos y aumentar la resistencia poco a poco”, sugiere. 

Además, explica que es importante escucharse a una misma. Si aún habiendo hecho los movimientos de manera correcta sigue experimentando dolor, “escuche a su cuerpo o piense en su postura”, dice. “¿Ha activado los músculos de la zona abdominal? ¿Se saltó un paso? Si le duele mover algo, no lo haga”.

Author

Helena Rodemann Rios es una reportera y correctora de La Alianza. Ella tiene más de 10 años de experiencia como colaboradora, redactora y correctora. También ha enseñado talleres de escritura y le apasiona cubrir la igualdad de género, la justicia social y la violencia de género. Tiene una licenciatura (B.A. English) de Marymount Manhattan College y una maestría en violencia contra las mujeres de la Universidad de Deusto, donde fue pionera del primer estudio nacional realizado sobre el acoso callejero en España.