Además de un salario digno, los horarios de trabajo son una pieza clave que determinan la calidad de un trabajo. Quienes se desempeñan como trabajadoras del hogar seguramente hayan vivido: la falta de un horario predecible, cancelaciones de último minuto, cambios en el horario sin previo aviso ni compensación. O, como es común en los trabajos de cuidado infantil y de personas mayores, la expectativa de tener que estar disponible a todas horas. Estos son solo algunos ejemplos que deterioran esa calidad del trabajo, incluso pueden empeorar el bienestar emocional y psicológico de quien trabaja.
Pero se puede reducir ese impacto negativo y hay un factor que podría mejorar la calidad de los trabajos del hogar. Según un informe publicado el pasado 19 de Octubre por investigadoras de la Universidad de California y Harvard, las prácticas laborales que garanticen una predecibilidad horaria, cómo conocer las horas de trabajo con al menos 14 días de antelación, mejoran la seguridad económica, la calidad de sueño y el bienestar general, particularmente para las personas trabajando en el sector de servicio. Según la Oficina de Estadísticas Laborales, 1 de cada 5 trabajadoras en los EE.UU. se desempeña en dicho sector.
Para llevar a cabo su investigación, el equipo estudió el impacto que ha tenido la ordenanza de Programación Segura en la ciudad de Seattle en la población trabajadora del sector del servicio. En el 2017, Seattle se convirtió en la segunda ciudad del país en aprobar una legislación sobre la semana laboral justa, precisamente con el objetivo de mejorar la previsibilidad de los horarios laborales.
Tener control, información y tiempo de aviso
Pero antes de publicar este estudio, Kristen Harknett y Daniel Schneider, integrantes del equipo de investigación de este estudio y codirectores del Proyecto Shift (The Shift Project, en inglés) en el Instituto de Investigación sobre Trabajo y Empleo de UC Berkeley, comenzaron en el 2016 a encuestar a decenas de miles de personas trabajando en los sectores minoristas y alimentarios.
Encontraron que la mayoría reportan tener poco control sobre cuándo o cuánto trabajan. Muchas no tienen información sobre sus horarios, y alrededor de un tercio recibe su horario con menos de una semana de aviso. Los resultados también exponen que la mayoría de trabajadoras trabajan a media jornada y reportan querer trabajar más horas. En Septiembre, el 80% de las trabajadoras del hogar encuestadas por La Alianza manifestó querer más horas de trabajo.
Mujeres latinas, las más afectadas
Los datos de Harknett y Schneider sobre la ordenanza de Seattle vieron cómo, gracias a la ley, se mejoró la previsibilidad de los horarios, ya que exige que los empleadores notifiquen los horarios con al menos 14 días. Y el impacto de estos cambios han tenido un impacto positivo en las personas empleadas en estos sectores, incluidas el trabajo del hogar: reportan mejor calidad de sueño, seguridad económica y bienestar general.
Estos resultados son significativos para la mayoría de personas afectadas por la inestabilidad horaria: mujeres latinas y negras, y la mayoría de personas trabajando en los sectores minoristas y alimentarios.
Recalcan que carecer de predecibilidad horaria aumenta la dificultad para comprar alimentos, pagar los gastos, agendar citas médicas, o conseguir una vivienda estable — consecuencias que muchas trabajadoras del hogar han reportado experimentar a La Alianza.
No conocer el horario con suficiente antelación también tiene un impacto negativo intergeneracional, según el Proyecto Shift, ya que altera las rutinas familiares y el tiempo de cuidado infantil.
Organizarse colectivamente para reclamar horarios previsibles
Varios grupos defensores por todo el país han estado abogando por leyes que garanticen horarios predecibles. Además de Seattle, otras ciudades han implementado leyes de semana laboral justa, gracias en parte a la organización colectiva de dichos grupos. Varias ciudades como Nueva York, San José, Chicago, San Francisco y Emeryville, por ejemplo, han aprobado leyes que brindan mayor estabilidad, previsibilidad y flexibilidad en los horarios de trabajo, principalmente para las persona trabajando en el sector minorista y de comida rápida.
Defensoras de derechos laborales por todo el país, como Working Washington, y Fair Workweek Initiative, abogan por implementar una legislación a nivel estatal. Las trabajadoras del hogar también llevan años organizándose para reclamar sus derechos, incluyendo protecciones relacionadas a sus horarios. Y en algunas ciudades, como en la ciudad de Filadelfia, las trabajadoras del hogar han conseguido que se aprueben cartas de derechos con dichas protecciones.
En el gobierno, en 2019 la representante Rosa DeLauro junto a la senadora Elizabeth Warren introdujeron la legislación Horarios que Funcionan, que exige que los empleadores de trabajadoras de la limpieza, por ejemplo, avisen los horarios con 2 semanas de antelación, con una compensación por los cambios.
Los horarios son importantes para el bienestar
“Las prácticas de horarios inestables e impredecibles parecen perpetuar la desigualdad”, comentó Schneider en una nota de prensa. “Personas trabajadoras de color tienen más probabilidades de estar expuestos”, dijo. Harknett también añadió que “la incertidumbre crónica sobre cuándo y cuánto se espera que trabaje es difícil para cualquier persona. Para las trabajadoras con pocos recursos, esta incertidumbre puede tener consecuencias nefastas”, y es por eso que “nuestra investigación deja claro que las dimensiones temporales del trabajo son muy importantes para el bienestar de las trabajadoras y sus familias”, concluyó.