Las personas inmigrantes que trabajan en sectores esenciales como la limpieza, el cuidado de personas mayores y el cuidado infantil, contribuyeron a sus comunidades a pesar de sentirse desprotegidas por ellas. Así lo afirma un informe publicado el mes pasado por el Centro de Aprendizaje para Inmigrantes, que explora las experiencias de personas en trabajos esenciales y ofrece distintas ideas sobre cómo apoyarlas.

Esenciales, pero sin protecciones

Las trabajadoras nacidas en el extranjero constituyen el 36.3% de las asistentes de salud en el hogar y la mayoría son mujeres, según el estudio. Muchas trabajan como asistentes de enfermería, auxiliares sanitarias o limpiadoras, y el estudio muestra cómo todas han sido esenciales para el funcionamiento y mantenimiento de las instalaciones médicas y sanitarias durante la pandemia.

A pesar de que  un 74% de las personas sin documentación son trabajadoras esenciales, el reporte señala que durante la pandemia, estas personas no han recibido la protección necesaria para cuidar de su propia salud y la de sus familias. Tampoco han sido incluidas en la mayoría de fondos de ayuda federal y estatal, a pesar de que las trabajadoras migrantes, como podrían ser las limpiadoras, niñeras y cuidadoras, han sido esenciales para el bienestar de la sociedad durante la pandemia. 

“Si bien su trabajo se consideraba esencial”, dice el informe, “a los trabajadores esenciales inmigrantes no siempre se les permitía protecciones para ayudarlos durante una crisis de salud pública. Cuando esas protecciones estuvieron disponibles, habían barreras significativas para acceder a ellas en la práctica”.

Las trabajadoras esenciales sostuvieron a sus comunidades 

El equipo de investigación explica que los trabajos esenciales como podrían ser de limpieza y de cuidado, ayudaron a que la población estadounidense pudiera estar cuidada y alimentada, tuviera los suministros necesarios y tuviera acceso a la atención médica y de salud. 

Algunas de las personas entrevistadas sintieron rechazo por parte de su comunidad, como

Abebe, una asistente de enfermería en Minnesota  originalmente de Nigeria. En su entrevista, dijo que durante la pandemia se sentía excluida y explicó que no se sintió respetada. “Hubo momentos en que salía y necesitaba parar en algún lugar del camino al trabajo y la gente miraba mis batas y me trataba como si estuviera enferma,” dijo.

La investigación deja en evidencia que desde el comiendo de  la pandemia, la mayoría de trabajadores esenciales inmigrantes continuaron trabajando y ofreciendo servicios indispensables.

Aumentar el apoyo a las trabajadoras esenciales

Para combatir el vacío dejado por las políticas públicas, distintos colectivos y movimientos de bases locales y estatales, algunas representadas por trabajadoras del hogar, por ejemplo, han intervenido para que trabajadoras esenciales puedan tener acceso a ayudas, ya que defienden que proteger a trabajadoras esenciales como limpiadoras, niñeras y cuidadoras, beneficiaría tanto a las comunidades como a las trabajadoras. 

El informe ofrece distintas ideas para apoyar a los trabajadores esenciales, como por ejemplo:

“Las protecciones para los trabajadores esenciales inmigrantes beneficiarían tanto a las comunidades como a los trabajadores al fortalecer la capacidad de los inmigrantes para continuar trabajando y proporcionar los bienes y servicios necesarios para todos nosotros”, concluye. 

“Por lo tanto, comunidades enteras podrían enfrentar de manera más capaz los desafíos de la pandemia. Estos trabajadores inmigrantes están comprometidos a ser agentes activos en la construcción de futuros más sólidos y colaborativos en sus comunidades, industrias y más allá”.